La exposición prolongada a la microgravedad mientras se viaja en el espacio puede afectar a los astronautas desde el punto de vista neurológico debido a un síndrome que hace que el cráneo se invierta.
La Dra. Donna Roberts, autora del estudio, afirma que casi la mitad de los astronautas que regresan del espacio tienen problemas neurológicos. La parte superior del cerebro se ve afectada, esta región está ocupada con el control de la visión, y los astronautas afectados generalmente tienen síntomas como visión borrosa, hinchazón del disco óptico, migrañas y aumento de la presión en la cabeza.
La NASA ha nombrado los síntomas como trastorno visual y síndrome de presión intracraneal. Normalmente, el cerebro flota en el líquido cefalorraquídeo, en parte debido a la función anatómica, pero también como resultado de la gravedad. En el estudio, 34 astronautas fueron sometidos a pruebas antes y después de viajar en el espacio. De ellos, 18 hicieron un largo viaje a la Estación Espacial Internacional (donde pasaron cerca de 2 años).
Robert afirma que las pruebas no mostraron ningún cambio para los astronautas que permanecieron en el espacio, pero se detectaron cambios significativos en los que viajaron a la SSI y vivieron allí durante 2 años. El trastorno generalmente es reversible cuando los astronautas regresan a la Tierra. El mismo afecto se detectó también en el caso de las personas que nunca han viajado en el espacio. En general, la afección estaba presente en personas que tuvieron que recuperarse de un accidente.