La investigación en el campo de las baterías se divide en dos vertientes principales: las que pretenden crear las que ofrecen una capacidad cada vez mayor y las que pretenden reducir al mínimo el tiempo de recarga.
Esta segunda categoría incluye investigaciones realizadas por investigadores de la Universidad de Drexel, que han encontrado un sistema que permite recargar una batería tradicional (o casi!). en unos segundos. Esto podría ser posible gracias a un nanomaterial llamado MXene. Gracias a su grosor extremadamente pequeño, por lo que su estructura se define como casi 2D, es posible crear una especie de «sándwich» compuesto por láminas de Mxene y un hidrogel en particular.
La estructura resultante mantiene una alta conductividad y permite que los iones se muevan libremente alrededor de la batería durante el proceso de carga de la misma. Según las pruebas de laboratorio, los electrodos de MXene son capaces de cargarse en unos pocos milisegundos, lo que lleva a tiempos de recarga que pueden estimarse en unos pocos segundos, para una batería de un smartphone, o unos pocos minutos, para un coche eléctrico.
Esta tecnología permite contener uno de los mayores problemas con los sistemas de carga ultrarrápida, ya que ha sido posible aplicarlos sólo a baterías no químicas. El MXene, por otra parte, le permite evitar cambiar este aspecto y da a los investigadores la oportunidad de no comprometer la vida útil de la batería.
En cualquier caso, como sucede con cada nuevo descubrimiento, la principal dificultad es ahora hacer que el proceso sea económicamente eficiente, de modo que pueda incluirse en la cadena de producción de las baterías actuales. Esto significa intervenir en la cadena de producción de muchas de las fábricas existentes, un cambio que seguramente no ocurrirá rápidamente.